jueves, 9 de junio de 2011

“El florero y las hormigas de mi pierna”




Hace varios días
Que tengo la pierna adormecida
La pierna derecha
Y ante la posible debacle
De mi hemisferio izquierdo
Me inclino a creer
Que brinde viendo muy de cerquita
A la vida
A los ojos.

Me duele la cabeza
Mía exagerada
De tanto inmortalizarme
A punta de respiraciones con el revólver cargado
Y las pestañas humeando
Olor a plástico quemado.

A veces me siento
Como la estatua terrible de piedra tallada
Un hombre
con alas
Pero sin brazos
Con brazas
Pero sin madera.
Me levanto con las venas repletas
De creación
Abro la puerta
En busca del inodoro
Una cucaracha recorre
El blanco marco de la sensación
Chorro de líquido tibio
Me aferro a mi porción de humanidad
Que se diluye
Como meo en la alcantarilla
No hay porque sucumbir
La nube llora
Sus lágrimas nos bañan
Sus lágrimas se evaporan
Se beben
Van al rio
Llegan al mar
Se evaporan
Y se vuelcan en nube
Llanto en potencia.

La idea de la muerte
Es la muerte en si
La idea de la muerte
Nos agrieta de tanta vida
El florero contiene a la flor.

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